El perfume: el arte invisible que cuenta quiénes somos
Un aroma puede despertar un recuerdo o una emoción en un instante. Pero, ¿por qué el perfume tiene un poder tan profundo sobre nuestra memoria? Nos acompaña a todas partes, dejando su huella en los lugares que visitamos y en las personas que encontramos. Puede transformar un instante en una experiencia sensorial única: fresca, intensa o envolvente. Cada nota olfativa tiene la capacidad de transportarnos en el tiempo y el espacio, contando una historia sin necesidad de palabras.
La esencia del perfume

Desde la antigüedad, el perfume ha desempeñado un papel fundamental en la vida cotidiana y los rituales. En el antiguo Egipto, se utilizaba en ceremonias religiosas, y se dice que Cleopatra prefería esencias de rosa y jazmín para seducir, llegando incluso a perfumar sus barcos para anunciar su llegada. Siglos después, Napoleón Bonaparte era conocido por su pasión por el agua de colonia, de la que consumía hasta 60 frascos al mes.
El perfume no es solo una fragancia ni una expresión de la personalidad de quien lo lleva: es también un símbolo, un estatus. Su creación es un arte refinado que combina tres niveles de notas para dar vida a una experiencia olfativa inigualable. Las notas de salida, ligeras y vibrantes, son las primeras en percibirse; luego emergen las notas de corazón, más intensas y envolventes, mientras que las notas de fondo aportan profundidad y carácter, dejando una impresión inolvidable.
El arte de la perfumería moderna dio un giro en 1709 con Giovanni Maria Farina, creador de la célebre Eau de Cologne, que sentó las bases de una tradición sinónimo de frescura y elegancia. Desde entonces, la perfumería ha evolucionado hasta convertirse en una industria global valorada en más de 50 mil millones de dólares, impulsada por el lujo y las fragancias de nicho.
El frasco: estética y compromiso con el entorno

No solo la fragancia marca la diferencia: el frasco desempeña un papel esencial en la experiencia sensorial. Un frasco bien diseñado no es solo un recipiente, sino una pieza de diseño que transmite sofisticación y exclusividad. ¿Qué sensaciones despierta al sostenerlo en las manos?
En los últimos años, la conciencia ambiental ha llevado a una transformación en el diseño del packaging: el vidrio ha sustituido al plástico, los materiales son reutilizables y los tapones, antes mayoritariamente de plástico, ahora se fabrican en madera, metal o terracota, logrando así un menor impacto ambiental y una estética más refinada.
Algunas innovaciones han permitido dar una nueva vida a los frascos: muchos son rellenables, mientras que otros pueden convertirse en piezas decorativas o difusores de fragancias para el hogar, prolongando su uso más allá del perfume.
Un viaje sensorial y visual: las ocho fragancias de Iconico Oway

Bajo esta filosofía nace Iconico, la perfecta unión entre tradición e innovación. Ocho fragancias exclusivas que exaltan la pureza de ingredientes botánicos cultivados con respeto por la naturaleza. Su packaging refleja estos valores: frascos de vidrio reciclable, estuches metálicos reutilizables y un exclusivo tapón de terracota hecho a mano, que puede transformarse en un difusor de fragancias para el hogar.
Como en todo lo que hacemos, Iconico representa nuestra esencia y nuestro respeto por el entorno. El tapón de terracota, elaborado artesanalmente por Artigiano, no es solo un detalle elegante, sino una pieza que enriquece el diseño y prolonga la vida del frasco más allá de su primer uso. El frasco, 100 % de vidrio, se presenta con un estuche metálico disponible en tres sofisticados colores.
Con Iconico, el perfume se convierte en una experiencia diaria, un arte invisible que cuenta quiénes somos.