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¿Qué es lo que realmente llevas contigo de vacaciones?

July 09, 2025 · · One minute read

Con el verano llegan los días más largos, la luz cambia, los ritmos se ralentizan.
Nos descubrimos más: la piel respira, absorbe sol, viento, sal.
Nos sentimos más ligeros, entre paseos, viajes, silencios y momentos compartidos.
Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué llevas realmente contigo, más allá del bañador y las gafas de sol?

¿Sabías que, según la organización sin ánimo de lucro estadounidense The Ocean Foundation, cada año acaban en los mares unas 14.000 toneladas de productos solares? Muchos de ellos contienen filtros químicos que alteran el equilibrio de la vida marina y dañan ecosistemas frágiles. Un impacto silencioso, invisible, pero profundo y duradero.

De la cosmética a la tierra: el recorrido silencioso de los microplásticos

¿Alguna vez te has preguntado adónde van los microplásticos contenidos en los productos cosméticos y sus envases una vez utilizados? Cuando no se dispersan en el mar, siguen otro camino, más silencioso pero igualmente invasivo. Se acumulan en los lodos generados por los procesos de depuración de aguas residuales. ¿Y luego? Estos lodos, considerados “tratados”, se utilizan a menudo en agricultura como fertilizantes.

Así, lo que aplicamos sobre la piel puede acabar en los campos, mezclarse con la tierra e —poco a poco— entrar en nuestra cadena alimentaria. ¿Es este el recorrido que imaginas para lo que usas a diario? Cada elección que hacemos, cada gesto cotidiano, tiene un impacto más amplio del que pensamos.

Las señales que nos manda el mar

El mar nos devuelve pequeñas señales: ralentización del crecimiento de los arrecifes de coral, desaparición de peces. Cambio climático, contaminación, pérdida de biodiversidad: todo está ocurriendo ahora, ante nuestros ojos.

¿Qué podemos hacer concretamente? Existe una alternativa: otra forma de vivir la protección solar, más ética, consciente y respetuosa.

Seguramente te habrás parado alguna vez a leer el INCI de lo que aplicas sobre tu piel.
Elegir productos de bajo impacto ambiental, con activos cultivados de forma regenerativa que respetan la tierra y el mar, es un gesto sencillo pero potente.

Una crema puede ser solo una crema, o una declaración de intenciones: cuidar de uno mismo sin dañar lo que nos rodea.
La belleza del verano no reside solo en lo que vemos, sino también en lo que decidimos no estropear.

Un packaging respetuoso

El packaging no es solo un contenedor: es lo primero que tocamos, la última huella que dejamos.
¿Por qué no convertirlo en un gesto de respeto?

Oway elige vidrio y aluminio infinitamente reciclables: materiales nobles y duraderos, compuestos por elementos naturales como el silicio y la bauxita, que provienen del entorno y al entorno regresan una vez utilizados.

Sin envases superfluos, sin plásticos de un solo uso: solo lo necesario, según una filosofía circular que propone fórmulas concentradas y ricas en principios activos botánicos, y se preocupa por protegerlas en materiales puros, inertes y protectores.

Incluso el packaging, si se piensa con cuidado, puede contar una historia de belleza consciente. Una historia que empieza con un frasco... y puede cambiar el desenlace de nuestra relación con el entorno.

Sunway: el ritmo suave del verano

Sunway de Oway es una rutina esencial para piel y cabello que acompaña con suavidad los ritmos del verano, antes y después de la exposición solar, sin sobrecargar.

Sin filtros químicos, sin fragancias sintéticas: solo activos vegetales cultivados según los principios de la Agricosmética®, para dar a la piel lo que necesita sin dejar rastros dañinos en los hábitats naturales.
Todo en frascos de vidrio y aluminio: materiales nobles y reciclables, pensados para durar.

En el concepto de cuidado no está solo el aspecto protector: también significa dejar que la naturaleza siga su curso, acompañándola con consciencia.