08 November 2021

No apaguemos el futuro. Es hora de consumir menos y de hacerlo mejor

Los días comerciales como el Black Friday producen una pérdida de recursos enorme. Dan forma a nuestra percepción de las compras, nos empujan a creer que es absolutamente necesario comprar y aprovechar de inmediato los descuentos, con devastadoras consecuencias para el medio ambiente. No nos queda más tiempo para cambiar las cosas: es hora de volver al consumo consciente.

El consumo no regulado, la carrera por los descuentos y la acumulación acelerada de bienes innecesarios se han convertido en la forma predominante de compra.

Mientras que hace algunos años poseer tantos objetos —sobre todo si eran de prestigio— nos concernía solo a nosotros mismos y nos reservaba un lugar destacado en la escala social; hoy, tener consciencia de las consecuencias en el planeta debe obligarnos a reflexionar basándonos en otro tipo de escala: la global.

Los recursos se están agotando y ya no podemos permitirnos el lujo de favorecer días como el Black Friday o el Cyber Monday, que aceleran el desastre medioambiental.

Black Friday: ¿por qué negro?, ¿por qué un viernes a finales de noviembre?

Existen decenas de versiones diferentes sobre los orígenes y la historia del Black Friday.

Empecemos por las certezas: se trata de un invento made in USA y se celebra el día siguiente al Día de Acción de Gracias, que en el calendario ocupa la casilla del cuarto jueves de noviembre. Así pues, tiene lugar después de Acción de Gracias, pero también a las puertas del período navideño. Fue concebido por los grandes almacenes Macy's en 1924 para dar inicio oficialmente a las compras navideñas.

¿Y por qué negro? Más allá de la percepción funesta, el negro es el color de la tinta que indica un balance positivo en los registros contables de los comerciantes. Por el contrario, la expresión estar en rojo proviene de la costumbre de anotar las pérdidas con tinta de ese color.

Sin ser magos de los presupuestos, es fácil intuir que después del Día de Acción de Gracias las cuentas iban muy bien, con un signo decididamente positivo. A partir de ese día comenzó la época más rentable del año para los comerciantes, que desembocaba en la Navidad con las cajas repletas de… negro.

Luego están las versiones más figurativas y tristemente proféticas, como las que atribuyen el negro a la nube de contaminación debida al gran número de automóviles en cola para hacerse con los mejores descuentos.

Y, por último, la ya desmentida leyenda urbana que vincula el nombre del evento con el día en que los esclavos se vendían para ser reemplazados, con vistas al invierno, por nuevos trabajadores en plenitud de sus fuerzas, dispuestos a hacer frente al trabajo en esa dura estación del año.

El círculo de las compras compulsivas: ¿cómo funciona hoy el Black Friday?

La duración de este evento se ha ido ampliando año tras año.

Nacido como 24 horas de descuentos, se ha convertido en un auténtico período de ofertas sensacionales en todos los sectores de productos. Ropa, tecnología, electrodomésticos, juguetes o cosméticos que se venden con una sola palabra clave: obtener algo a precio de ganga.

El golpe de genialidad de Macy's fue emulado por muchas tiendas y centros comerciales, hasta que Internet amplió los límites del día y lo transformó en una mini temporada de rebajas.

Hoy, los gigantes de la electrónica y del comercio electrónico mundial desempeñan el papel del león y atraen la mayor parte del tráfico y de las compras. Y el Black Friday ha pasado de ser un viernes de gangas a ser el momento y el pretexto para hacer regalos navideños no razonados y compras personales sin utilidad.

Con el resultado de que lo único que habrá que descartar es el desperdicio de las compras sin sentido.

Consumismo vs consumo consciente: el futuro está en juego

Ha llegado el momento de volver a escribir nuestros hábitos de consumo y hacer que sean reflexivos, conscientes y ponderados.

 

¿CÓMO?

Comprando solo lo necesario y en las cantidades adecuadas.

Reutilizando.

Comprando artículos duraderos y fabricados con materiales resistentes.

Prefiriendo productos sin embalajes secundarios.

Entendiendo que el plástico nunca será una elección sostenible.

 

Podemos ser protagonistas activos del cambio a través de pequeñas elecciones, del compromiso diario y del control sobre nuestro estilo de vida. Es el momento de hacer nuestra parte.

Empezar el cambio (y esto sí) a cualquier precio

Las personas y las empresas pueden contribuir de diferentes maneras, todas ellas igualmente necesarias.

Creemos que las personas, ya sea que estén frente al mostrador de frutas del supermercado o en la perfumería, deberían ver facilitadas las opciones sostenibles gracias a políticas comerciales valientes y responsables.

Los productores tienen el deber de evitar elecciones que impacten y sean insostenibles para el medio ambiente.

Esto es lo que Oway hace en la práctica todos los días, a lo largo de cada paso de su cadena de producción.

Fuimos la primera marca de cosmética profesional que, ya en 2013, sustituimos los envases de

plástico por el vidrio y el aluminio: materiales reciclables al 100 % una y otra vez.

Hemos eliminado todos los embalajes superfluos y, cuando es necesario, optamos por materiales reutilizables como la madera, el algodón o el papel tree free, que son ecológicos y completamente circulares.

Creamos productos agricosméticos concentrados, ricos en activos vegetales puros y en sustancias eficaces que garantizan excelentes resultados utilizando pequeñas cantidades, sin derroches.

En lugar de ingredientes sintéticos, preferimos utilizar materias primas de origen natural, como extractos, aceites, hidrolatos y macerados procedentes de métodos agroecológicos. Practicamos la agricultura biodinámica y la difundimos a otros agricultores porque creemos en el respeto de la tierra y en la importancia de mantenerla fértil, contrarrestando la explotación intensiva de la agricultura convencional que la empobrece y degrada.

 

 

Nuestra idea consciente del consumo está en contra de la lógica del Black Friday.

Por ello, nuestros canales de venta, tiendas y tiendas digitales cerrarán todas sus puertas reales y virtuales el próximo 26 de noviembre.

Esperamos que no comprar nuestros productos favorezca un tiempo de reflexión sobre sus hábitos de compra. Nuestro sueño es que estos hábitos conscientes perduren a lo largo del tiempo.

No oscurezcas el futuro. Vive el Organic Way.

 

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