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Reutilizar es chic: el nuevo paradigma de la moda consciente, que recrea infinitamente

February 01, 2024 · · One minute read

De la colaboración con Quid, empresa social dedicada a la recuperación y el upcycling, surge el Furoshiki de Oway: un accesorio sin límites de tiempo ni de uso, inspirado en la tradición japonesa para reducir los excedentes textiles y alargar la cadena de suministro de la moda.

En un mundo en el que ya se ha creado todo, la única tendencia que nunca muere es la del aburrimiento. 

La moda innova, asombra, trastoca paradigmas pero, en el fondo, durante muchas décadas ha creído en el príncipe de todos los engaños: la idea de que lo bello y lo deseable eran sinónimos de lo inédito.

¿Es esto así? ¿De veras lo atractivo es lo que requiere nuevos recursos, energías desorbitadas y una producción insostenible desde cero? No, o mejor dicho, ya no. La fast fashion o moda rápida se ha beneficiado de esta creencia durante mucho tiempo, fomentando el consumo excesivo de ropa, alimentando el diseño con fecha de caducidad y generando residuos con desmesura, sin planificar su eliminación.

(Ndr: lee más sobre «El impacto de la producción y de los residuos textiles en el medio ambiente» Fuente: Parlamento Europeo)

Hoy en día, por fin, el verdadero lujo consiste en reinventar lo existente. Crear objetos y prendas de valor a partir de recursos que ya están en circulación.

Pensar en ese fin de vida. Y transformarlo en una vida sin fin.

Upcycling: la única tendencia de moda que no quiere ser pasajera 

 

Lo que es el upcycling, nos lo dice la palabra y lo aclara el prefijo.

Up: de mayor valor que el original. Mejor, funcional o estéticamente, según se mire. 

Al igual que el reciclaje, se trata de un nuevo curso de la permanencia de un recurso o material en este planeta, en beneficio de esta civilización insaciable. Pero es un paso más allá del reciclaje, no implica un nuevo proceso de elaboración y salva productos y tejidos tal como son, apoyándose en el único verdadero proceso permitido: la creatividad, el valeroso arte de imaginar.

Estamos hablando de un método de confección de prendas que no puede clasificarse como tendencia, por dos muy buenas razones. Para empezar, siempre ha existido, tanto entre los aficionados al bricolaje (hoy más conocido como DIY, Do It Yourself) como entre los grandes diseñadores. 

Y luego, porque volver a poner en circulación es un asunto serio, sin fecha de vencimiento.

Las nuevas posibilidades: de personas y tejidos 

 

Así pues, la industria de la moda se redescubre cada día un poco más responsable. En términos de reducción del impacto ambiental, en primer lugar, pero afortunadamente no sólo. 

El objetivo macroscópico es remodelar toda la cadena de suministro para hacerla más sostenible, incluyendo tanto los principios de virtuosismo ambiental como los de la denominada moda ética.

Sí, porque liberarse de la lógica de la explotación engloba todo esto. Diseñar un sistema de producción sostenible a nivel ambiental va de la mano del rechazo del otro gran mandamiento observado por la moda rápida: dejar las condiciones laborales en un segundo plano, doblegándolas irresponsablemente a las necesidades productivas.

A este escenario se asoma la sostenibilidad social. Y la buena noticia es que trae consigo el valor añadido de las empresas que invierten en capital humano, apostando por las segundas oportunidades de todo tipo de recursos: materiales, sí, pero también y sobre todo humanos.

Recuperación, compromiso y reducción de derroches: Quid x Oway 

 

Hablando de realidades activas y activistas, coherentes en la narración y en los hechos... 

Hace algún tiempo tuvimos la suerte de encontrarnos con una realidad muy cercana a nosotros, en cuanto a valores e intenciones. Su nombre es Quid y no es sólo una simple marca de moda ética, sino un ejemplo concreto de cómo incluso en esa industria se puede emprender un camino más inclusivo y virtuoso, un lugar donde los límites se convierten en puntos de partida.

Quid hace accesible el mundo laboral a quienes corren mayor riesgo de exclusión, con especial atención a las mujeres. Una empresa social, dedicada a la recuperación y el upcycling a partir de la sobreproducción puesta a disposición por las marcas de la industria de la alta costura.

De este modelo surgen cada día preciadas colecciones de edición limitada, que prolongan el ciclo de vida de las telas y constituyen un incentivo concreto para la economía circular. 

Y del encuentro entre Oway y Quid fue tomando forma poco a poco una intuición: un accesorio sin límites de tiempo, uso y combinación, concebido para durar, decorar y adaptarse a infinitas posibilidades de reutilización.

El Furoshiki: el arte de atar con doble nudo elegancia y reutilización 

 

¿De qué se trata?

El Furoshiki es un antiguo modo de arte japonés diseñado para envolver objetos con telas decorativas, creando paquetes refinados y reutilizables. En otras palabras, una de las primeras bolsas ecológicas del mundo, capaz de sustituir a las altamente contaminantes bolsas de plástico.

Como suele ocurrir, nació de una necesidad práctica: se utilizaba para transportar ropa limpia, facilitando el cambio de prendas en los onsen, los tradicionales baños termales japoneses. Con el tiempo, surgieron otras necesidades y, para satisfacerlas, incluso las dimensiones se adaptaron a los nuevos usos (como transportar libros o alimentos). 

La inspiración en las antiguas tradiciones se convirtió así en la clave para reconectar con la cultura de la reutilización.

Gracias a diferentes técnicas de doblado y atado, el Furoshiki permite ir más allá de la práctica del usar y tirar, fomentando la reutilización creativa para envolver regalos, transportar objetos o crear bolsos, por poner algunos ejemplos. 

Es la solución ideal para proteger el medio ambiente sin renunciar a la originalidad, la elegancia y el estilo. Los modelos surgidos de la colaboración entre Quid y Oway han sido concebidos como un envoltorio para contener los productos de la colección Love Days y, una vez desenvueltos, se convierten en una solución para ser reutilizados a voluntad, dando rienda suelta a la creatividad y la inspiración.

De la recuperación de los tejidos, a la nueva vida de la tela una vez recuperada.

El upcycling llama al upcycling: porque de las conexiones humanas virtuosas nace nueva savia para el futuro de este planeta.